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Orgón es la segunda iteración del proyecto Parlamento transhistórico de entidades vivas y muertas de Centroamérica y Panamá.

Por medio de invocaciones, evocaciones, colaboraciones y otros artilugios, Gabriel Rodríguez Pellecer convoca a otras entidades y artistas —muertos y vivos— a esta segunda exhibición del Parlamento, conformado por dibujos, pinturas, muebles y video.

El Parlamento se presenta como una caja de resonancia que recoge ecos, acoge remanentes mnemotécnicos y olores evocativos, y busca poner a bailar presencias y ausencias. Propicia discusiones entre artistas reales e imaginarios, fallecidos y entidades sólidas, líquidas, gaseosas e invisibles.

Invocando a tres espíritus de gran importancia como asesores transhistóricos —Manly P. Hall, Wilhelm Reich y Armando Reverón— se presentan piezas/agentes que amueblan el cuerpo de este espacio etéreo y extracognitivo que es el Parlamento. Se condensan aquí propuestas del ala de crítica histórico-política del Parlamento, en alusión al presente centroamericano, mediante un video en el que la piratería nos convoca a una conjura contra los autoritarismos a través del cine de terror.

Este Parlamento propone un Umbral para la trans-corporalidad de las ideas y las ideologías en un espacio poético sin restricciones cognitivas. Nos proponemos extracognitivos. En una conversación transhistórica, transvisual y paraficticia, el Parlamento funciona como un intersticio donde logran ensamblarse ideas, conceptos, diálogos intergeneracionales y evocaciones hacia el pasado y el futuro, con el fin de erotizar las relaciones entre política, historia y propaganda, y traer algunas prácticas político-espirituales al presente.

Este proyecto retoma planteamientos del pasado —como la teosofía, la masonería, el anarquismo y el vitalismo— para adaptarlos, contrastarlos y fundirlos con nuevas espiritualidades. En esta edición se incorporan las experiencias de Wilhelm Reich con el orgón y el proceso iniciático de Manly P. Hall.

La propuesta plantea una transformación del New Age neoliberal del siglo XXI hacia un camino colectivo, mediante la evocación de personajes y proyectos políticos que marcaron procesos de transformación en las sociedades latinoamericanas durante los siglos XIX y XX.

Al ser un Parlamento trans-corporal y trans-ideológico, abrazamos su indefinición y su naturaleza mutante, donde la diferencia entre vivos y muertos se disuelve en líneas, colores, imágenes en movimiento, volúmenes, olores, sonidos, presencias y ausencias.